No sé por qué, pero me cuesta llorar. Se me hace un hueco en la boca, que sube hasta los ojos y las lágrimas no salen. Tampoco sé si hay que llorar.
Me cuesta escribir también. Ya escribieron y dijeron tanto y tan bien.
Y me acecha el miedo. Muchos hijos de puta sueltos hay todavía.
Mi respeto y admiración para el hombre que me devolvió el orgullo de ser Peronista.
EVITA CUMPLE 102 AÑOS
Hace 4 años
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